viernes, 20 de noviembre de 2009



Salmandra



Las salamandras son criaturas pulcras. La salamandra voladora puede planear de un árbol a otro para escapar de sus predadores. Su agarre es tan fuerte que, si trataras de soltarla de una ventana, ¡el cristal se rompería antes de que pudieras lograr que la salamandra se suelte!
LEÓN


El rugido de un león se puede escuchar a una distancia de hasta 8 kilómetros, y está diseñado para advertir a posibles intrusos y para llamar a miembros de su manada para que vuelvan al grupo.

También se utiliza para comunicarse con otras manadas de leones que viven en el vecindario.

A pesar de su buena fama como cazador, el león es relativamente torpe y solo logra cazar su objetivo en un 20-30% de sus intentos. Cazan en equipo y, si no logran alcanzar nada, no tienen inconveniente en apoderarse de los restos de un animal cazado por otro especie. Por eso se les llaman "oportunistas". Después de la caza, los leones suelen comer primero, luego las leonas (muchas veces con peleas entre ellas) y por último, los cachorros.

Los leones que viven en África se consideran animales en peligro y los pocos que sobreviven en Asia se considera especie en peligro de extinción.

Anaconda

Perteneciente a la familia de las boas, la anaconda es seguramente la serpiente más grande del mundo y aunque mucho se ha exagerado sobre su tamaño, rara vez llega a superar los diez metros. Habita cerca de cursos fluviales y es casi imposible encontrarla fuera de los ríos o charcas permanentes en los que pasa la mayor parte del tiempo sumergida asomando sólo la cabeza, característica ésta muy común en gran parte de los ofidios.

Su enorme porte le permite cazar piezas del tamaño de un carpincho, que traga prácticamente enteras y después se sume en un profundo letargo producto de la digestión que le puede durar varios días. Como todos los representantes de su grupo, la anaconda es una especie constrictora, es decir, mata a sus presas por asfixia, enroscándose alrededor de su cuerpo e impidiéndoles respirar hasta que dejan de moverse.

De reproducción ovovivípara, las anacondas alumbran una gran cantidad de crías que pueden llegar a ser más de cincuenta y que, cuando nacen, miden ya cerca de un metro.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Animales de la selva


GUEPARDO

Es el guepardo un ente singular de la familia de los félidos. Presenta muchas características que lo asemejan al perro y que, desde luego, no se encuentran en otros felinos. Tiene las patas largas y está constituido para alcanzar grandes velocidades; es el más rápido corredor conocido. Los pies, de una estructura muy semejante a los del perro, tienen almohadillas plantares duras, con los bordes agudos, en lugar de las almohadillas elásticas que presentan el resto de los félidos. Estas almohadillas y las uñas romas y no retráctiles cumplen la finalidad adicional de proporcionar a un animal que se mueve con tanta rapidez la posibilidad de frenar para hacer paradas súbitas o giros rápidos. Es digna de mención la existencia de un dedo rudimentario, más desarrollado que en los demás félidos, que desempeña un papel importante en la sujeción de las presas. La cabeza es pequeña en comparación con el resto del cuerpo, y los ojos están situados bastante altos, lo que le sirve de gran ayuda al animal para atisbar por encima de montículos y pequeñas lomas. Las orejas son pequeñas y bastante planas, características que reduce todavía más la silueta del animal. Los conductos nasales son más grandes que en los demás félidos, sin duda para permitir el ingreso de las cantidades adicionales de oxígeno que el animal requiere en su carrera final hacia la presa.
El guepardo se distingue fácilmente de los otros félidos, no sólo por su agilidad y su constitución, sino también por algunas características muy señaladas. El fondo de su capa es de un tono rojizo amarillento manchado con lunares negros. La cara tiene las llamadas “líneas de lágrimas”, muy marcadas, que van desde el ángulo del ojo hacia los lados de la nariz.
Hay otro tipo, el guepardo rey, que parece ser solamente una mutación recurrente. El macho mide 2,1 m en total, de los cuales 0,8 corresponden a la cola, que es una gran ayuda en el giro. La alzada es aproximadamente de 0,83 m y el peso total de unos 59 kg. La hembra suele tener tres cuartos del peso y del tamaño del macho.
Los guepardos están distribuidos desde Argelia y Marruecos hasta el Transvaal, así como Egipto, Etiopía, Arabia, Siria, Persia, y la India. En muchas de las zonas donde se encuentra ha sido capturado y entrenado como un “leopardo de caza”, que es uno de sus nombres. Cuando ha sido debidamente enseñado, se le puede emplear del mismo modo que se haría con un galgo de carreras.
Los únicos restos fósiles de guepardo se encuentran en Asia, signo quizá de que el animal emigró a África, probablemente por su asociación con el hombre, aunque ahora es aquí más frecuente. En estado salvaje, el guepardo caza con un compañero o como miembro de un grupo, alimentándose principalmente de pequeños antílopes o de las crías de las especies mayores, aunque también se le ha visto cazando mamíferos bastante pequeños. Cuando ha matado a su presa, prefiere comerse primero el corazón y los riñones, bebiéndose además su sangre. Después sigue con la cabeza y, por último, pasa a la carne muscular. No es frecuente que vuelva a su presa muerta después de la primera comida. Esta diferencia en los hábitos alimentarios se refleja en sus dientes, que no son tan grandes ni tan agudos como los de leopardo.
Parece ser que no existe una época regular para el apareamiento, y en cualquier estación del año pueden nacer de dos a cuatro crías. En el momento del parto, la capa de la cría es de color gris azulado en el dorso y castaño con manchas oscuras en el resto del cuerpo. Los cachorros nacen ciegos y sus ojos se abren al cabo de dos semanas. Los jóvenes, al contrario que los adultos, son buenos trepadores y este factor, combinado con otros de especialización , parece indicar un desarrollo más avanzado que otras especies de su misma familia.
La raza africana, Acinonyx jubatus jubatus, existe todavía en abundancia, aunque no está tan extendida como antes, pero la asiática, Acinonyx jubatus venaticus, se encuentra en la actualidad en la lista de los animales en declive y amenazados de extinción.